Una de las vías más antiguas del Imperio Romano, que desde la costa oriental de Italia conduce a Roma, permitía el transporte de preciosas cargas desde las famosas salinas de Cervia.
Inspirado en una de estas preciosas cargas de sal aromática, nace un perfume que te sorprenderá por su frescura salada, la complejidad de sus reverberaciones y la increíble longevidad de su aroma. La sal de Cervia es conocida desde la antigüedad por sus propiedades altamente afrodisíacas. Sus facultades únicas siguen resonando hoy en día en todo el mundo, su aroma marino es exaltado por los grandes chefs del mundo.
La creación se abre con potentes notas de brisa de mar que envuelven con maestría la dulzura del cassis y el mirto equilibradas, a su vez, sobre notas de algas, que dan un tono fresco y salado a toda la composición. La cabeza se reclina en el corazón del perfume, donde los matices de helecho encuentran eco en la lavanda italiana, combinada con la frescura de la cumarina, acentuada por la famosa sal de Cervia, en contrapunto con la fresca bergamota de Calabria.
Todo el diseño se basa en notas de maderas potentes y preciosas que dan una persistencia a la increíble fragancia. Mezcladas astutamente entre sí, la madera de cedro de Cuba y el abedul reverberan inmediatamente, amalgamándose con la regia delicadeza del sándalo en contrapunto con el fresco musgo de roble, a su vez enriquecido por la intrigante fuerza del almizcle.
Una fragancia helada con tonos salobres y atrevidos, que aporta la fuerza del mar a quien la lleva.
